Las mariposas monarca viajan alrededor de 4 mil 500 kilómetros desde Canadá y Estados Unidos para refugiarse en los bosques más cálidos del oriente de México, el escenario ideal para la hibernación, descanso y reproducción de estos pequeños insectos brindan uno de los espectáculos naturales más emblemáticos de México en sus 6 santuarios.
En el año 2000, se decretó la Reserva de la Biósfera mariposa monarca, un área natural protegida de altas montañas tapizadas de bosques de oyameles con más de 3 mil metros de altura sobre el nivel del mar.
Este fenómeno de migración es tan especial y único que, en 2008, la Unesco incluyó la reserva en la lista del Patrimonio de la Humanidad.
Se recomienda visitar los santuarios sobre todo durante febrero y marzo ya que se aprecian miles y miles de mariposas fuera de los santuarios, ya que es cuando se encuentran más activas y están próximas a emprender el vuelo de regreso a Canadá.
Santuarios de la mariposa monarca
Michoacán es el estado más reconocido por la llegada de la mariposa monarca a sus santuarios. Esta se ha convertido en uno de los símbolos del estado y uno de los principales atractivos ecoturísticos.
Michoacán
- El Rosario: el más grande y popular, donde se encuentra la mayor concentración de mariposas. Está cerca del pueblo mágico de Angangueo. Cuenta con restaurante, puestos de antojitos, artesanías y servicio de caballos.
- Sierra Chincua: casi en los límites con el Estado de México, también está muy cerca de Angangueo. Tiene una zona con puestos de artesanos y de antojitos mexicanos.
- Senguio: se encuentra en las montañas boscosas de la comunidad de Senguio. Es el más pequeño de todos y el más alejado, al norte de la reserva. Cuenta con una pequeña área de venta de artesanías, alimentos y juegos infantiles.
El destino turístico más cercano a estos santuarios es el pueblo mágico de Angangueo, a unos 20 o 30 minutos en auto. Desde Morelia, son dos horas y media de camino, y desde CDMX, aproximadamente se hacen unas tres horas y 20 minutos.
Estado de México
- Piedra Herrada: es el más grande, con más servicios y también el más conocido del Edomex. Está en las faldas occidentales del Nevado de Toluca, en la comunidad de San Mateo Almomoloa, municipio de Temascaltepec. Hay restaurante, cabañas, paseos a caballo, zona de juegos, venta de artesanías y antojitos.
- El Capulín: en los límites con Michoacán y en las faldas del Cerro Pelón. Se encuentra en el municipio de Donato Guerra. Cuenta con juegos infantiles, cabañas, restaurante, expositores artesanales y recorridos a caballo.
- La Mesa: es el más cercano de los tres a la zona núcleo de la Reserva de la Biósfera. Está en la Sierra Campanario, en la localidad Parada de Guadalupe, municipio de San José del Rincón. Cuenta con restaurante, cabañas y miradores.
La llegada de la mariposa monarca a México es un fenómeno que también ayuda a destacar la importancia de preservar el equilibrio ecológico de estas áreas naturales. Los santuarios no solo protegen a estas especies migratorias, sino que también contribuyen al desarrollo sostenible de las comunidades locales gracias al turismo que estos generan.
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