En una semana marcada por la violencia de género, México ha registrado cinco feminicidios en distintas partes del país, afectando especialmente a mujeres que formaban parte del sector salud.
El 16 de septiembre, comenzó esta serie de tragedias que han conmocionado a la sociedad mexicana. El domingo 17 de septiembre, se dio a conocer el feminicidio de Ana María Serrano Céspedes, quien perdió la vida en su domicilio en el Estado de México. Su expareja, Allan Gil, está siendo señalado como el presunto responsable, ya que se reveló que visitó repetidamente la residencia de la víctima el día del crimen.
El lunes 18, en Puebla, las autoridades dictaron prisión preventiva al doctor Antonio “N” por su presunta participación en el feminicidio de Gabriela Aline, también médica y quien era pareja del detenido. A pesar de la versión del acusado de que se trató de un suicidio, la fiscalía determinó que la causa de muerte de Aline fue necrosis hepática masiva por sobredosis de cloruro de potasio.
El miércoles 20 de septiembre, dos nuevos casos sacudieron al país. Los cuerpos de la doctora Ruth Alamilla, directora de Salud de Tihuatlán, y de su sobrina Maggy, fueron encontrados en un municipio de Puebla. Ambas habían sido secuestradas esa misma mañana, presuntamente por miembros del grupo delictivo “Los Tercios”.
Ese mismo día, se confirmó que el cuerpo hallado en una maleta en un departamento de San José del Cabo pertenecía a Ali Jasel Suárez Reyes, doctora del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En respuesta a este feminicidio, médicos y compañeros de la víctima marcharon exigiendo justicia y tienen programada otra manifestación.
Estos feminicidios han generado una ola de indignación y preocupación en México, donde se destaca la urgente necesidad de abordar la violencia de género y brindar protección a las mujeres, especialmente a aquellas que trabajan en el sector salud y que han sido víctimas de estos trágicos eventos.
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