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Solo existen dos clases de funcionarios, los que explican y los que resuelven… y Zanella, que solo sale en las pantallas.

En política hay una línea delgada entre representar y simular. Y en el Congreso local, particularmente en los diputados que dicen hablar por Irapuato, esa línea prácticamente desapareció. Solo existen dos clases de funcionarios, los que explican y los que resuelven como decía el ilustre político mexicano Reyes Heroles; y tristemente, nuestros legisladores se han instalado en una tercera categoría: los que no explican ni resuelven, pero sí posan para la foto.
Víctor Zanella: “yo solo quiero pegar en la radio… y en las pantallas de SAP”
Si Bacilos cantaba “Yo solo quiero pegar en la radio, para ganar mi primer millón”, la versión política irapuatense se escucha más así:
“Yo solo quiero salir en las pantallas de SAP, para impulsar mi candidatura a la Presidencia Municipal”.
Porque Zanella ya no busca una diputación: quiere ser alcalde de Irapuato. Pero en ese camino, antes que ofrecer resultados legislativos, decidió enfocarse en la autopromoción. Y lo más absurdo:
aparece incluso en las pantallas de SAP en León.
¿León?
¿En serio, León?
Un diputado de Irapuato invirtiendo en visibilidad en otra ciudad, como si la ciudadanía leonesa fuera la que lo va a evaluar, cuestionar o elegir. ¿Qué tiene que ver León con el distrito que juró representar?
Absolutamente nada.
Si al menos presumiera logros legislativos, diagnósticos, reformas estructurales o gestión presupuestal sería entendible. Pero su trabajo técnico refleja exactamente lo contrario:
•Legislación superficial: No hay reformas de impacto ni temas de fondo.
•Fiscalización débil: Ningún control serio sobre gasto, obras o dependencias estratégicas.
•Gestión presupuestal nula: Irapuato no tiene etiquetaciones significativas promovidas por él.
La realidad es simple: hay más Zanella en las pantallas de SAP que en las soluciones de Irapuato.
Susana Bermúdez: la diputada del promedio bajo
El desempeño de Susana Bermúdez tampoco resiste un análisis técnico. No es un tema personal ni retórico: es su expediente legislativo el que demuestra la mediocridad.
•Poca productividad: Iniciativas sin profundidad, sin impacto y sin relevancia municipal.
•Cero incidencia en recursos: No negoció ni gestionó obra o inversión importante para el Distrito 12.
•Agenda desconectada del territorio: No parte de estudios, diagnósticos ni realidades de Irapuato.
En términos prácticos: Irapuato está representado con un trámite administrativo, no con liderazgo legislativo.
La improductividad como norma
Tan grave es quien prefiere aparecer en pantallas en otra ciudad, como quien rellena una curul sin aportar soluciones. Irapuato carga con dos realidades:
un diputado distraído en León y una diputada estancada en la mediocridad técnica.
Mientras tanto, los problemas siguen donde mismo:
inseguridad, movilidad desordenada, obras insuficientes, servicios públicos rezagados.
Porque aquí, los legisladores no explican, no resuelven… y ni siquiera representan.
Y mientras Bacilos soñaba con “pegar en la radio”, los diputados de Irapuato sueñan con “pegar en pantallas ajenas”, aunque la realidad de su municipio les pase de largo.

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