Inglaterra empata con Eslovenia y califica a octavos de final

Inglaterra cumplió con su papel de favorito en el Grupo C y se llevó el sector tras empatar este martes en el estadio de Colonia 0-0 con la selección de Eslovenia, en el marco de la Eurocopa 2024. Los ingleses mantuvieron mayor posesión de balón durante los 90 minutos, aunque pocas pinceladas eslovacas no preocuparon el marco del equipo de Los Tres Leones.

La primera jugada que pudo marcar diferencia fue al minuto 19. El camiseta 7, Bukayo Saka, había anotado para los ingleses, pero el árbitro central y el VAR anularon el tanto por un fuera de juego.

En la segunda parte, Inglaterra no tuvo puntería frente a la portería de Eslovenia; tanto Foden, Bellingham y Kane se fueron sin suerte para poder marcar.

Por otro lado, Eslovenia esperó de manera ordenada y al final se llevó el punto.

Con el resultado, Inglaterra califica a los octavos de final como primer lugar de su sector con 5 puntos, Dinamarca se quedó con 3 y es segundo y Eslovenia 3.

Jovic rescata a Serbia frente a Eslovenia con gol de último minuto

A la desesperada, incluso ya había subido al remate el portero Pedrag Rajkovicen el último córner al borde del minuto 95, Luka Jovic fue el más listo de todos, se adelantó con la cabeza, batió a un Jan Oblak insuperable hasta entonces, rescató a Serbia de una eliminación casi segura en Múnich y frustró de una forma insoportable a Eslovenia, cuando ya sentía suyo el triunfo e incluso la clasificación.

Desolados, la imagen de los jugadores eslovenos fue la evidencia de un golpe duro, inesperado, inasumible tan cerca del final, cuando dominaba el partido por 1-0 desde el minuto 68 por el gol de Karnicnik.

El lateral derecho del Celje de 29 años y 30 partidos como internacional, tan sólo había marcado un gol hasta ahora con su equipo nacional, hasta este jueves cuando anotó un tanto que habría sido histórico, pero no alcanzó. La primera victoria de la historia de Eslovenia en una Eurocopa aún sigue pendiente. El pase a octavos, también. Y en la última jornada juega contra Inglaterra. Las sombras se cruzan en su camino.

Eufóricos, tanto aficionados como futbolistas, Serbia sigue viva. Su primer punto aún la mantiene en la pelea, pero necesita ganar en la última jornada a Dinamarca. No le queda otra. Y esperar marcadores. Tal y como se sintió durante el partido, incapaz de convertir un remate hasta esa apoteosis final, es una ocasión inesperada.

Eslovenia encerró a Serbia inicialmente. Más ambiciosa, consciente de la victoria como ruta quizá inevitable para octavos, teniendo en cuenta que la última jornada lo ponía en una posición inferior frente a Inglaterra, el triunfo este jueves era casi la clasificación para los octavos de final, después del prometedor empate inicial contra Dinamarca.

La insistencia eslovena fue evidente desde el principio. Serbia la aguardó. Eslovenia atacó. Centró, circuló en torno al área contraria, intensificó sus acciones de medio campo para adelante y tan solo remató de verdad un par de veces en el primer tiempo, la más clara de Mlakar ante Rajkovic. El guardameta del Mallorca respondió con suma agilidad. Salvador.

Sintió el agobio Serbia, que se cerró bien… Y reaccionó. Antes de la media hora transformó el panorama del duelo. El remate de cabeza de Vlahovic, atrapado sin complicaciones por Jan Oblak, fue un síntoma. El siguiente de Mitrovic, en un córner que no acertó a despejar nadie, fue una confirmación. El partido había cambiado. Aún hubo momentos para los dos. Porque pudo ganar cualquiera de los dos, aunque el empate fuera al límite.

Si era fundamental ganar para Eslovenia, lo era aún más para Serbia, derrotada en la primera cita por Jude Bellingham, agitada por las palabras de Dusan Tadic sobre su suplencia (después pidió perdón al seleccionador y a sus compañeros) y entre la amenaza lanzada por su federación de abandonar el torneo por los insultos de aficionados hacia sus ciudadanos en el duelo del día anterior entre Croacia Albania.

En ese entorno tan embarullado, con Tadic de vuelta a la alineación inicial, Serbia fue de menos a más ante Eslovenia. En cuanto se ajustó controló mejor a su adversario, aunque con un nuevo susto con un remate al poste de Elsnik y un rechace fuera de Sesko, pero hasta ahí permitió ya el equipo de Dragan Stojkovic, que aplacó definitivamente a su oponente.

Y se estrelló un buen rato contra Jan Oblak, agrandado ya en el primer tiempo para interponerse en el duelo frente a Mitrovic. Insuperable entonces el portero del Atlético de Madrid, ante el autor de 40 goles en este curso con el Al Hilal de Arabia Saudí, lo fue aún más después, en los primeros compases del segundo tiempo, cuando debió surgir de nuevo ante el atacante.

Ahí resurgió de nuevo Eslovenia, que contraatacó para adelantarse sobrepasada la hora del choque, cuando Karnicnik recuperó el balón en su territorio, avanzó hacia adelante, rebasó la línea de medio campo, conectó al otro lado con Elsnik y, ya sin la pelota, siguió hacia el otro área, donde culminó finalmente al jugada tras el pase de su compañero. ¿El gol, la victoria, quizá la clasificación? No fue suficiente. Quizá, incluso, no era justo con Serbia.

De nuevo, en el otro área, aún pudo empatar, con otro remate de Mitrovic, esta vez al larguero. El delantero lamentó demasiadas ocasiones falladas, nada fino en el remate, irreconocible en cuanto a su efectividad. Tuvo ajetreo a su lado Oblak, que al borde del final recibió el 1-1. Lo logró Jovic en el último córner, cuando ya nadie creía en ellos, cuando el propio seleccionador, Dragan Stojkovic, asumía, sentado en el banquillo, el desenlace.

Con empate, Eslovenia frustra el retorno de Eriksen con Dinamarca

Un afortunado zurdazo de Janza a la salida de un córner a falta de menos de cuarto de hora para el final, redujo a un único punto con el empate 1-1, el retorno goleador de Christian Eriksen con Dinamarca a la fase final de la Eurocopa, mil cien días después de aquella dramática imagen, desplomado sobre el césped, víctima de un paro cardíaco, conmocionado todo el mundo, de la anterior edición del torneo continental.

Del 12 de junio de 2021, en el minuto 43 del duelo en el estadio Parken de Copenhague contra Finlandia, al 16 de junio de 2023, en el minuto 17 del choque en el Stuttgart Arena frente a Eslovenia. Tres años y cuatro días después. Siempre fue su objetivo. «Desde el principio», dijo en la víspera. Volver a jugar en el torneo continental. Otro desafío cumplido.

Y, además, con un aspecto crucial. Ya no piensa demasiado en aquello Eriksen, que, superado el cuarto de hora, recién avisado su equipo con un derechazo desde lejos de Benjamin Sesko, transformó el dominio de la selección danesa en el sector más fundamental de todos, el marcador, cuando batió a Oblak, sin opción de repelerlo.

Todo surgió de un saque de banda. Todo continuó con un fantástico toque de espuela hacia atrás de Wind. Magnífico. Y concluyó con la llegada, el control con el pecho y el remate con la derecha del media punta danés, que ha vuelta a la Eurocopa para liderar a Dinamarca, semifinalista en la última edición y dolida por su último Mundial, donde no alcanzó el nivel.

Necesita Dinamarca un guía como Eriksen, 131 veces internacional, ya con 42 goles. Por su jerarquía, por su llegada, por su golpeo, por su movilidad, por su facilidad para jugar y hacer jugar a sus compañeros… Una cantidad de recursos indispensable para que el equipo danés se sienta capaz de todo, como lo fue en la Eurocopa de 1992 y casi en la anterior edición.

De momento mantiene dudas. Aún es el segundo candidato más visible a la clasificación en el grupo C, por detrás quizá de Inglaterra, precisamente la selección que lo apartó de la final en la última Eurocopa. Pero ya no tanto. Eslovenia también se propone para el pase a los octavos de final de la competición, tal y como demostró en el Stuttgart Arena.

Niveló un 0-1 Eslovenia, que soportó 17 minutos hasta que Eriksen marcó el primer gol. Cierto que no había contado con más ocasiones claras, tanto como que su constante presencia en el campo contrario lo había dotado de una apariencia inquietante para Oblak y sus compañeros, a cuya selección le pesó inicialmente el reestreno 24 años después.

No fue entonces suficiente Sesko, goleador ocho veces en sus últimos nueve encuentros, relegado al citado tiro en el primer tiempo, como todo su equipo, más allá de la agitación que promovió cada saque de banda larguísimo al área. La prueba más exigente para Kasper Schmeichel, aliviado cuando el árbitro no consideró suficiente una patada sobre Sporar.

Ya era el comienzo del segundo tiempo, cuando Eslovenia enseñó que podía empatar, pero se quedó ahí, en unos amagos, hasta que retomó el control Dinamarca. No sentenció por una intervención de Jan Oblak, enorme ante el remate de Hojlund en el área pequeña.

Y, después, lo lamentó. Primero lo avisó un trallazó de Sesko. Después recibió el empate: en el minuto 77, en un saque de esquina, un zurdazo en el rechace de Janza, un rebote y un gol que premió la insistencia de Eslovenia, que aún no ha ganado nunca a Dinamarca, también ha obtenido ningún triunfo en la Eurocopa, pero se siente lista para ir más allá en Alemania.