El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se pronunció enérgicamente este viernes contra la actuación del gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, quien ha presentado una apelación para no retirar las boyas y el cerco de alambres instalados en el río Bravo en la frontera con México, destinados a contener el flujo de migrantes.
López Obrador calificó la medida de «completamente imprudente» y «inhumana» durante su rueda de prensa diaria. Su reacción se produce después de que un tribunal federal de apelaciones de Estados Unidos accediera el jueves a la solicitud de Texas de mantener esta barrera flotante, al menos hasta que se realice una revisión adicional. La disposición de las boyas antimigrantes en el río Bravo, también conocido como río Grande en Estados Unidos, ha sido motivo de tensión entre ambos países.
El presidente mexicano expresó su confianza en que, a pesar de esta decisión provisional, el gobierno del presidente Joe Biden y México ganarán el litigio a largo plazo. En este contexto, México ha enviado tres notas diplomáticas a Washington para expresar su preocupación, argumentando que las boyas llegaron a ocupar una longitud de 230 metros en el lado mexicano y que la medida viola tratados internacionales sobre aguas compartidas y los derechos humanos de los migrantes, algunos de los cuales han perdido la vida en la zona.
López Obrador, quien ha tenido desacuerdos previos con Abbott debido a sus políticas antimigrantes que también afectan al comercio, propuso utilizar los recursos destinados a las boyas para la cooperación en el desarrollo de Centro y Suramérica. Hizo un llamado a la solidaridad y planteó la posibilidad de que Texas, como un estado económicamente relevante, realice una colecta para ayudar a países como Guatemala, Honduras, El Salvador, Haití, Belice, Venezuela, Colombia y Ecuador.
El presidente López Obrador concluyó su declaración cuestionando la relación entre las consideraciones ideológicas y políticas y el aspecto humano de la situación.