El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro ha reconocido que las medidas temporales tomadas, como los «parches», en la Línea 9 no son suficientes para abordar los problemas estructurales. Si bien se reconoce la necesidad de arreglar el tramo elevado, el director del Metro, Guillermo Calderón, ha afirmado que no se apresurarán en el proceso. Desde septiembre del año pasado, se contrató a la empresa Construcciones ICI para buscar soluciones a los daños estructurales.
Calderón ha explicado que, aunque existe un proyecto ejecutivo por el cual se invirtieron 40 millones de pesos, están explorando otras alternativas desde hace ocho meses para abordar el problema en el tramo elevado de la Línea 9, que ha sufrido un hundimiento de 80 centímetros desde su construcción, lo que ha provocado desplazamientos en las trabes y obligado a reducir la velocidad de los trenes.
El director del Metro ha destacado que no existe una urgencia inmediata para llevar a cabo estos arreglos. La prioridad en este momento es la reapertura de la Línea 1 y la Línea 12, ya que muchos usuarios de la Línea 1 han migrado a la Línea 9 durante su cierre.
A pesar de que existe un proyecto ejecutivo, Calderón ha indicado que están evaluando múltiples opciones para abordar la problemática. El tramo elevado requerirá intervención y cierre temporal para llevar a cabo las reparaciones necesarias. Sin embargo, el gobierno de la Ciudad de México está esperando a que finalicen las obras de remodelación en la Línea 1 y la reconstrucción de la Línea 12 antes de abordar el proceso en la Línea 9.
Calderón ha asegurado que tanto la estructura como la operación de los trenes en la Línea 9 son actualmente seguras. Durante una conferencia de prensa, en compañía del secretario de Movilidad de la Ciudad de México, Andrés Lajous, y el director del Instituto para la Seguridad de las Construcciones, Renato Berrón, el director del Metro ha informado que están analizando diversas opciones además del proyecto ejecutivo a cargo de Construcciones ICI para garantizar una solución efectiva.
Aunque se ha reforzado la estructura con tensores que algunos usuarios han llamado «parches», Calderón ha admitido que para prevenir riesgos, la velocidad de los trenes se ha reducido a 15 kilómetros por hora, en comparación con los 30 o 40 kilómetros por hora en condiciones normales.