Esta vez, el ejercicio de preparación incluyó cuatro hipótesis: dos sismos y dos huracanes, marcando un hito en la planificación de emergencias.
Las alertas sísmicas se activaron en ocho entidades del país, incluyendo Estado de México, Guerrero, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Chiapas, como parte de un ejercicio preventivo para fortalecer la respuesta ante posibles desastres naturales.
Por primera vez, el simulacro consideró dos hipótesis sísmicas: uno con magnitud 8 y epicentro en Acapulco, Guerrero, y otro con magnitud 7.8 en Bavispe, Sonora. Además, se incorporaron dos hipótesis de huracanes de niveles 3 y 4, simulando situaciones de emergencia en Quintana Roo y Baja California Sur.
La Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México activó los protocolos de seguridad en el sistema de transporte público en respuesta a las alertas sísmicas. Mientras tanto, el Senado de la República evacuó a legisladores y personal como parte de este simulacro nacional.
La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) destacó la importancia de activar al menos 13,800 altavoces en la Ciudad de México como parte de este ejercicio, enfatizando la necesidad de que los ciudadanos estén preparados y sigan las recomendaciones de Protección Civil.
Este simulacro nacional no solo es una forma de conmemorar eventos trágicos en la historia de México, sino también una oportunidad para fortalecer la preparación y la respuesta ante desastres naturales, mejorando la seguridad y la capacidad de recuperación en el país.