Ni Vinícius ni el Real Madrid acudieron a la gala del Balón de Oro

Este lunes 28 de octubre, diferentes medios deportivos españoles reportaron que el delantero Vinícius, así como otros candidatos del Real Madrid al Balón de Oro 2024, no acudirán a la gala, ya que el brasileño no será el ganador del premio al mejor jugador de la temporada pasada.

Se dice que el Real Madrid, que tenía planeado viajar a París a primera hora de la tarde, canceló su viaje debido a la información que trasciende. Además, se dice que tras estudiar internamente si Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del Real Madrid y que viajaría al evento, tampoco acudirá.

Se esperaba que Vinícius, por sus 24 goles y 11 asistencias en 39 partidos, con doblete de Champions League y autor de un gol en la final pasada, era considerado como el gran candidato a quedarse con el premio, pero, finalmente y según el Real Madrid, no será así.
De acuerdo con la agencia EFE, el equipo merengue considera una falta de respeto que los criterios del premio no proclamen ganador a Vinícius ni a Dani Carvajal y por ello no irán a la ceremonia en París.
EFE también indica que esto deja al español Rodrigo Hernández, del Manchester City, como el principal candidato a ganar el Balón de Oro, un reconocimiento que se hará público en la gala que dará comienzo este día más tarde.

Vinícius y Carvajal no eran los únicos jugadores del Real Madrid que eran candidatos al Balón de Oro 2024; otros cuatro futbolistas del conjunto blanco que aparecían en la lista son Jude Bellingham, Federico Valverde, Antonio Rüdiger y Toni Kroos.

Por otro lado, el Real Madrid también tiene un representante en el Trofeo Kopa, que reconoce al mejor futbolista joven de la pasada temporada, con Arda Güler, en un galardón en el que Lamine Yamal es el favorito. Andriy Lunin aaspira a ser el mejor portero, mientras que Carlo Ancelotti podría ser elegido como mejor entrenador y el propio Real Madrid es candidato a «mejor club masculino el año». Sin embargo, ninguno de ellos estará presente en la gala del Balón de Oro tras tener constancia de que Vinícius no será galardonado con el codiciado premio.

¡El Madrid conquista su Decimoquinta Champions!

Ante los ojos de todos y con Wembley como anfitrión, Borussia Dortmund y Real Madrid buscaban la gloriaEse culmen a la temporada europea, ese broche final perfecto y ese sueño cumplido para cualquier futbolista desde que dio sus primeras patadas a un balón. Para cumplir todo eso y alcanzar la gloria, no solo rozarla con los dedos, uno de los dos debía imponerse y regalar la amargura de la derrota a su oponente. Dos rivales con el mismo hambre de vencer, de campeonar y de levantar el trono del fútbol europeo, la UEFA Champions League.

Uno de ellos, el Real Madrid, bien sabe lo que es levantar ese ansiado trofeo, hasta en catorce veces lo ha hecho. Pero no por ello la ambición es menor. Y el otro, un inesperado en la noche londinense, un equipo que se ha colado a base de mérito y unión. Un club, el Borussia Dortmund, que también tiene una orejona en su vitrina, pero que buscaba una ansiada segunda que el fútbol le denegó hace años. Y esas ganas de revancha, esas ganas de dar la sorpresa y tumbar al rey de Europa, fueron una base sólida para hacer tambalear los cimientos del Real Madrid.

Una estructura que comenzó mandando, imponiendo ritmo y demostrando su favoritismo. Pero que el paso de los minutos condenó a una destrucción progresiva impulsada por el martillo pilón alemán. Esas transiciones veloces que rompían líneas continuamente y que iban minando la confianza de los de Ancelotti de manera vertiginosa. Porque con Brandt y Sancho jugando con la pelota como si de un juguete se tratara, con Adeyemi lanzando diagonales que se clavaban como puñales y con Füllkrug batallando entre centrales, el Dortmund estaba dando pasos de gigante en la final.

Aunque la única pega para los de Terzic estaba en la efectividad, esa que decanta la balanza cuando llega el pitido final. Porque ni Adeyemi ni Füllkrug acertaban, porque los postes también juegan y son de color blanco, casualidad o no, y porque un gigante belga había levantado un muro que repelía una y otra vez ocasiones. Courtois estaba en ese modo que recordaba al de la final de Kiev y esa era la peor noticia para un Dortmund sobresaliente al que solo le faltaba el gol. Ese protagonista que no quiso hacer acto de presencia en un primer tiempo que se acababa, para suerte de los españoles.

Y es que el Real Madrid estaba sumido en el letargo de un grande dormido, incómodo e impotente. Atributos que envalentonaban todavía más a un Dortmund que continuó perfilando su obra, esa a la que solo le faltaba el gol, como la guinda a un pastel. Ese último paso adelante para tomar ventaja en una final que se iba enfriando y en la que el miedo a perder se iba apoderando de los equipos. Porque cualquier error podía pagarse caro y podía caer como una losa sobre el equipo que lo cometiera.

Y en esas, el fútbol le tenía guardada una sorpresa al equipo que la estaba dando en Wembley. Porque cuando el que lo merecía era el Dortmund, cuando la lógica apuntaba en una dirección, el fútbol fue en otra. Tras un saque de esquina Valverde terminó la jugada con un remate sin peligro, pero un jugador del Dortmund lo despejaba y lo mandaba a otro saque de esquina. Y ahí el fútbol castigó al Dortmund y premió a un Real Madrid que evidenció su idilio con la competición.

No de otra forma se podría explicar que el más bajito se impusiera a las torres. No de otra forma se podría explicar que un lateral fuese el goleador. Porque sí, el que castigó el error y puso una losa sobre el Dortmund fue Carvajal. El hombre que se elevó al primer palo y que con su cabeza cambió el partido para acercar al Real Madrid a la decimoquinta. Un cabezazo que fue un mazazo para el Dortmund, que se vino abajo en cuestión de minutos y que vio cómo se le escapaba la Champions en un abrir y cerrar de ojos.

Y cuando el Borussia se intentaba levantar, el Madrid asestó el golpe final. Ese que ponía el broche blanco al trono europeo y que llegaba de los pies de un Vinicius que castigó un nuevo error alemán. El brasileño definió mal, el balón botó contra el suelo y la trayectoria dejó en nada el intento de un Kobel que sostuvo a los suyos hasta que no pudo más. El éxtasis y la gloria se vuelven a teñir de blanco, del color madridista, por decimoquinta vez en la historia. Una relación única, inigualable, un amor perfecto que vuelve a unir sus caminos en la noche de Wembley. Porque sí, el Real Madrid es, de nuevo, el campeón de la UEFA Champions League.

Real Madrid gana la Semifinal de la Champions y se medirá al Dortmund en Wembley

Noche de las grandes, noche mágica en el Estadio Santiago Bernabéu para presenciar la vuelta de las semifinales de la Champions League, un partido en el que el Real Madrid y Bayern de Múnich se medían por una plaza en la final de Wembley 2024, donde ya espera el Borussia Dortmund. El combinado dirigido por Carlo Ancelotti no logró una renta en el partido de ida en el Allianz Arena (2-2), por lo que la semifinal estaba completamente abierta.

El técnico del Real Madrid decidió dar una nueva oportunidad a Nacho en el centro de la zaga, que se erigía como el acompañante de Rüdiger, mientras que Tchouaméni le ganaba la partida de nuevo a Camavinga. Por su parte, Tuchel introducía varias modificaciones respecto a la vuelta. La principal novedad en el once bávaro era Gnabry en detrimento de Müller, que comenzaba el encuentro desde el banquillo.

Los primeros 45 minutos arrancaban de manera frenética, especialmente por parte del Real Madrid. La gran duda en el inicio del choque era saber qué equipo se iba a hacer con la posesión de la pelota y esa duda fue despejada rápido: el Real Madrid se hizo dueño y señor del dominio del esférico. Al elenco merengue le bastaron 10 minutos para hacer temblar los cimientos del Santiago Bernabéu.

El Bayern de Múnich se mostró bien plantado sobre su propio campo, a la espera de llevar a cabo alguna transición rápida que pusiera en aprietos al entramado defensivo del Real Madrid. Sin embargo, las pocas posibilidades que tuvieron durante los primeros compases del choque de salir con la pelota conducida para realizar alguna contra, el equipo bávaro no fue capaz de aprovecharlas en gran parte por las imprecisiones de Harry Kane en varias de esos intentos de transiciones rápidas.

Sin duda, el jugador más peligroso del Real Madrid en la primera parte fue Vinícius, que se echó a las espaldas al combinado dirigido por Carlo Ancelotti. El internacional brasileño fue una auténtica tortura para su marcaje, Joshua Kimmich, quien seguramente sueñe esta noche con él. No obstante, hablando de pesadillas, seguramente Vinícius sueñe con Neuer, ya que el guardameta alemán desbarató cualquier balón que fuese a portería durante los primeros 45 minutos y que, incluso, pasara por el área pequeña.

En la segunda parte el guion fue el mismo que el de la primera mitad: Neuer, Neuer y Neuer. El guardameta alemán sacó su mejor repertorio de paradas, con dos intervenciones de mucho mérito a destacar. La primera gran parada del meta del Bayern de Múnich se la hizo a Rodrygo tras un lanzamiento de falta y la segunda intervención se la hizo a Vinícius a bocajarro, cuando el balón se dirigía a su escuadra. En contrapartida, Neuer sacó una mano milagrosa para evitar el 1-0 del Real Madrid. El guion del partido no empezaba a gustar en Chamartín… y en efecto, no gustó.

En el minuto 68, una pérdida de Rodrygo se iba a traducir, ahora sí, en una transición peligrosa del Bayern de Múnich, que se iba a encargar de culminar Davies, previa asistencia de Harry Kane, con un latigazo que mandó al fondo de las mallas del arco defendido por Lunin. Al Real Madrid le quedaban 20 minutos para hacer la heroica. Rápidamente, Ancelotti decidió mover su banquillo para dar entrada a Modric y Camavinga por Kroos y Tchouaméni, respectivamente.

Tan solo dos minutos después, Fede Valverde empataba el partido con un disparo que se coló en la portería defendida por Neuer tras rebotar en Dier. Sin embargo, el VAR llamaba a Marciniak para que revisase la acción por una falta previa, bastante clara, de Nacho sobre Kimmich. En efecto, el colegiado polaco no tenía dudas y el 0-1 se mantuvo en el marcador.

Ancelotti metía a Joselu en el 82′ y no iba a acertar más. Cuando, por enésima vez, el Real Madrid parecía contra las cuerdas, en tan solo dos minutos, el Real Madrid dio la vuelta a la eliminatoria. Joselu, por partida doble, con dos goles de killer, dio la vuelta a la aliminatoria para citarse con el Borussia Dortmund en la final de Wembley. Lo del Real Madrid, en la Champions, no tiene ningún tipo de explicación.