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UGénero rechaza asumir responsabilidad en denuncia por violencia de género

La denuncia de violencia de género presentada por una trabajadora de la Universidad de Guanajuato, afiliada al sindicato ASTAUG, fue desestimada por la ventanilla UGénero, declarándose incompetente en el caso. Los hechos ocurrieron fuera de las instalaciones de la universidad, en el Centro de Convenciones, cuando la trabajadora sufrió agresiones verbales por parte de un miembro del mismo sindicato, siendo posteriormente objeto de represalias por parte de su superior jerárquico, el dirigente Víctor Jiménez Ramírez, tras denunciar los incidentes.

Aunque quedó comprobado que Víctor Jiménez ignoró la denuncia y tomó medidas punitivas contra la trabajadora, como retirarle sus responsabilidades y emplear tácticas intimidatorias, UGénero argumentó no tener la autoridad necesaria para intervenir y derivó el caso al Comité Ejecutivo de la ASTAUG, respetando el principio de no intervención y autonomía sindical. Sin embargo, el propio Comité ha omitido tomar medidas de investigación.

La trabajadora ha enfrentado rechazo en todos los frentes en su búsqueda de justicia. Primero, el sindicato y su dirigente Víctor Jiménez se negaron a investigar el caso. Ante esto, la trabajadora recurrió al programa institucional de igualdad de género de la Universidad, donde se confirmó la violencia sufrida. A pesar de ello, ha experimentado violencia laboral, privándola de sus funciones dentro del sindicato, aunque sigue en su puesto.

En el acuerdo de derivación del caso de UGénero a la ASTAUG, se reconoce la existencia de violencia de género, especialmente de naturaleza psicológica y laboral, hacia la trabajadora, identificando un fenómeno conocido como «gaslighting», que implica un patrón de abuso psicológico y emocional con el propósito de manipular la percepción, juicio y memoria de la persona afectada.

La trabajadora intentó sentar un precedente en su sindicato para evitar que este tipo de comportamiento se repitiera en el ámbito laboral, pero no recibió atención. Envió cartas al director de Recursos Humanos de la UG y solicitó la intervención de las autoridades. Además, presentó una petición formal para iniciar un procedimiento administrativo ante la Comisión de Honor y Justicia del Sindicato, y buscó apoyo en UGénero. Aunque Recursos Humanos llevó a cabo una investigación y sancionó al agresor con una suspensión de ocho días sin sueldo, el procedimiento ante la Comisión de Honor y Justicia no recibió atención.

En resumen, tanto el trabajador Antonio N, quien ejerció violencia contra la trabajadora, como el dirigente sindical Víctor Jiménez, quien la privó de sus responsabilidades, son responsables de actos de violencia en su contra luego de haber presentado la denuncia.

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